Index: Espa�ol Sagradas Escrituras

 

Marcos 1

[1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9] [10] [11] [12] [13] [14] [15] [16]

1:1 � Comienza el Evangelio de Jes�s, el Cristo, hijo de Dios.

1:2 Como est� escrito en Isa�as el profeta: He aqu� yo env�o a mi mensajero delante de tu faz, que apareje tu camino delante de ti.

1:3 Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Se�or; enderezad sus veredas.

1:4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para remisi�n de pecados.

1:5 Y sal�a a �l toda la provincia de Judea, y los de Jerusal�n; y eran todos, bautizados por �l en el r�o del Jord�n, confesando sus pecados.

1:6 Juan andaba vestido de pelos de camello, y con un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y com�a langostas y miel silvestre.

1:7 Y predicaba, diciendo: Viene tras m� el que es m�s poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos.

1:8 Yo a la verdad os he bautizado con agua; mas �l os bautizar� con Esp�ritu Santo.

1:9 � Aconteci� en aquellos d�as, que Jes�s vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jord�n.

1:10 Y tan pronto subi� del agua, Juan vio abrirse los cielos, y al Esp�ritu como paloma, que descend�a (y reposaba) sobre �l.

1:11 Y hubo una voz de los cielos que dec�a : T� eres mi Hijo amado; en ti tomo contentamiento.

1:12 Y luego el Esp�ritu Santo le impuls� al desierto.

1:13 Y estuvo all� en el desierto cuarenta d�as (y cuarenta noches) y era tentado de Satan�s; y estaba con las fieras; y los �ngeles le serv�an.

1:14 � Mas despu�s que Juan fue encarcelado, Jes�s vino a Galilea, predicando el Evangelio del Reino de Dios,

1:15 Y diciendo: El tiempo es cumplido; y el Reino de Dios est� cerca: arrepent�os, y creed al Evangelio.

1:16 Y pasando junto al mar de Galilea, vio a Sim�n, y a Andr�s su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.

1:17 Y les dijo Jes�s: Venid en pos de m�, y har� que se�is pescadores de hombres.

1:18 Y luego, dejadas sus redes, le siguieron.

1:19 Y pasando de all� un poco m�s adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, tambi�n ellos en el nav�o, que aderezaban las redes.

1:20 Y luego los llam�; y dejando a su padre Zebedeo en el barco con los jornaleros, fueron en pos de �l.

1:21 Entraron en Capernaum; y luego los s�bados, entrando en la sinagoga, ense�aba.

1:22 Y se admiraban de su doctrina; porque les ense�aba como quien tiene potestad, y no como los escribas.

1:23 � Y hab�a en la sinagoga de ellos un hombre con esp�ritu inmundo, el cual dio voces,

1:24 diciendo: �Ah! �Qu� tienes con nosotros, Jes�s Nazareno? �Has venido a destruirnos? S� qui�n eres: el Santo de Dios.

1:25 Y Jes�s le ri��, diciendo: Enmudece, y sal de �l.

1:26 Y el esp�ritu inmundo, sacudi�ndolo con violencia, y clamando a gran voz, sali� de �l.

1:27 Y todos se maravillaron, de tal manera que inquir�an entre s�, diciendo: �Qu� es esto? �Qu� nueva doctrina es �sta, que con potestad aun a los esp�ritus inmundos manda, y le obedecen?

1:28 Vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.

1:29 � Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron a casa de Sim�n y de Andr�s, con Jacobo y Juan.

1:30 Y la suegra de Sim�n estaba acostada con fiebre; y le hablaron luego de ella.

1:31 Entonces llegando �l , la tom� de su mano y la levant�; y luego la dej� la fiebre, y les serv�a.

1:32 Y cuando fue la tarde, cuando el sol se puso, tra�an a �l todos los que ten�an mal, y endemoniados;

1:33 y toda la ciudad se junt� a la puerta.

1:34 Y san� a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y ech� fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios porque le conoc�an.

1:35 Levant�ndose muy de ma�ana, a�n muy de noche, sali� y se fue a un lugar desierto, y all� oraba.

1:36 Y le sigui� Sim�n, y los que estaban con �l;

1:37 Y hall�ndole, le dicen: Todos te buscan.

1:38 Y les dice: Vamos a los lugares vecinos, para que predique tambi�n all�; porque para esto he venido.

1:39 Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.

1:40 � Y un leproso vino a �l, rog�ndole; e hincada la rodilla, le dice: Si quieres, puedes limpiarme.

1:41 Y Jes�s, teniendo misericordia de �l, extendi� su mano, y le toc�, y le dice: Quiero, s� limpio.

1:42 Y as� que hubo �l hablado, la lepra se fue luego de aquel, y fue limpio.

1:43 Entonces le apercibi�, y le despidi� luego,

1:44 y le dice: Mira, no digas a nadie nada; sino ve, mu�strate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que Mois�s mand�, para testimonio a ellos.

1:45 Mas �l salido, comenz� a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que ya Jes�s no pod�a entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y ven�an a �l de todas partes.

 

Created with FREE HTMLCompiler by BibleDatabase