9:1 El d�a 24 del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, vestidos de cilicio y polvo sobre ellos.
9:2 Los del linaje de Israel ya se hab�an apartado de todos los extranjeros; y estando de pie, confesaban sus pecados y la iniquidad de sus padres.
9:3 Puestos de pie en su lugar, leyeron en el libro de la Ley de Jehovah su Dios durante una cuarta parte del d�a. Durante otra cuarta parte del d�a confesaron sus pecados y adoraron a Jehovah su Dios.
9:4 Entonces, sobre la plataforma de los levitas se pusieron de pie Jes�a, Bani, Cadmiel, Seban�as, Buni, Sereb�as, Bani y Quenani, e invocaron en voz alta a Jehovah su Dios.
9:5 Los levitas Jes�a, Cadmiel, Bani, Hasabn�as, Sereb�as, Hod�as, Seban�as y Peta�as dijeron: "�Levantaos, bendecid a Jehovah vuestro Dios, desde la eternidad hasta la eternidad!" "Bendigan tu nombre glorioso, y sea exaltado m�s que toda bendici�n y alabanza.
9:6 "T� eres Jehovah; t� hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo su ej�rcito, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que en ellos hay. T� sostienes con vida a todos; los ej�rcitos de los cielos te adoran.
9:7 "T� eres, oh Jehovah, el Dios que escogiste a Abram. Lo sacaste de Ur de los caldeos y le pusiste por nombre Abraham.
9:8 Hallaste fiel su coraz�n delante de ti, e hiciste un pacto con �l para darle la tierra de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, de los ferezeos, de los jebuseos y de los gergeseos, a fin de darla a su descendencia. Y cumpliste tu palabra, porque t� eres justo.
9:9 "Miraste la aflicci�n de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor junto al mar Rojo.
9:10 Hiciste se�ales y prodigios contra el fara�n, contra todos sus servidores y contra todo el pueblo de su tierra. Porque sab�as que contra ellos hab�an actuado con soberbia, y te hiciste un gran nombre, como en el d�a de hoy.
9:11 "Dividiste ante ellos el mar, de modo que pasaron en seco por medio de �l. Pero a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en las poderosas aguas.
9:12 Los guiaste de d�a con una columna de nube, y de noche con una columna de fuego, para alumbrarles el camino por donde hab�an de ir.
9:13 "Descendiste sobre el monte Sina� y les hablaste desde el cielo. Les diste decretos rectos, instrucciones fieles, leyes y mandamientos buenos.
9:14 Les hiciste conocer tu santo s�bado y les prescribiste mandamientos, leyes e instrucciones por medio de tu siervo Mois�s.
9:15 "Cuando tuvieron hambre, les diste pan del cielo; y cuando tuvieron sed, les sacaste agua de la pe�a. Les prometiste que entrar�an para tomar posesi�n de la tierra por la cual alzaste tu mano jurando que les dar�as.
9:16 Pero ellos y nuestros padres actuaron con soberbia; endurecieron su cerviz y no escucharon tus mandamientos.
9:17 No quisieron escuchar, ni se acordaron de tus maravillas que hab�as hecho entre ellos. M�s bien, endurecieron su cerviz y designaron un jefe para regresar a su esclavitud en Egipto. Pero t� que eres un Dios perdonador, clemente y compasivo, tardo para la ira y grande en misericordia, no los abandonaste.
9:18 "Aun cuando se hicieron un becerro de fundici�n, cuando dijeron: '�ste es tu dios que te hizo subir de Egipto', y cometieron grandes abominaciones,
9:19 t� por tu gran misericordia no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apart� de ellos de d�a, para guiarlos por el camino; ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por el cual hab�an de ir.
9:20 Diste tu buen Esp�ritu para ense�arles. No retiraste de su boca tu man�, y les diste agua para su sed.
9:21 Los sustentaste durante cuarenta a�os en el desierto; nada les falt�. Sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.
9:22 "Les entregaste reinos y pueblos, y se los distribuiste por fronteras. As� llegaron a tomar posesi�n de la tierra de Sej�n, es decir, la tierra del rey de Hesb�n, y de la tierra de Og, rey de Bas�n.
9:23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra que hab�as prometido a sus padres que entrar�an para tomarla en posesi�n.
9:24 Sus hijos entraron y tomaron posesi�n de la tierra. Delante de ellos sometiste a los cananeos, los habitantes de dicha tierra, y los entregaste en su mano, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para que hiciesen con ellos seg�n su voluntad.
9:25 Tomaron ciudades fortificadas y una tierra f�rtil. Heredaron casas llenas de todo bien, cisternas cavadas, vi�as, olivares y much�simos �rboles de fruto comestible. Comieron y se saciaron; engordaron y se deleitaron en tu gran bondad.
9:26 "Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti; echaron tu ley a sus espaldas. Mataron a tus profetas que testificaban contra ellos para hacerlos volver a ti, y cometieron grandes abominaciones.
9:27 Los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero clamaron a ti en el tiempo de su tribulaci�n, y t� los escuchaste desde los cielos. Por tu gran misericordia les diste libertadores que los librasen de mano de sus enemigos.
9:28 Pero apenas obten�an comodidad, volv�an a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonabas en mano de sus enemigos, que se ense�oreaban de ellos. Pero volvieron a clamar a ti, y t� les escuchaste desde los cielos y los libraste muchas veces por tu misericordia.
9:29 Les amonestaste para hacerlos volver a tu ley, pero ellos actuaron con soberbia y no escucharon tus mandamientos. Pecaron contra tus decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivir�. Dieron las espaldas en rebeld�a, endurecieron su cerviz y no escucharon.
9:30 "Por muchos a�os te mostraste paciente y les amonestaste con tu Esp�ritu por medio de tus profetas, pero no escucharon. Por eso les entregaste en mano de los pueblos de la tierra.
9:31 Pero por tu gran misericordia no los consumiste ni los abandonaste, porque t� eres un Dios clemente y misericordioso.
9:32 "Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenida como poca cosa delante de ti toda la angustia que nos ha alcanzado: a nuestros reyes, a nuestros magistrados, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los d�as de los reyes de Asiria hasta el d�a de hoy.
9:33 Sin embargo, t� eres justo en todo lo que nos ha sobrevenido. Porque has actuado con verdad, pero nosotros hemos hecho lo malo.
9:34 Nuestros reyes, nuestros magistrados, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley. No atendieron a tus mandamientos ni a tus advertencias con que les advertiste.
9:35 Ellos, en su reino, en la abundancia que les diste y en la tierra extensa y f�rtil que entregaste ante ellos, no te sirvieron ni se volvieron de sus malas obras.
9:36 "He aqu� que hoy nosotros somos esclavos. En cuanto a la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen de su fruto y de su bien, he aqu� que en ella somos esclavos.
9:37 El fruto de ella se multiplica para los reyes que a causa de nuestros pecados nos has impuesto. Ellos se ense�orean de nuestros cuerpos y de nuestros ganados, conforme a su voluntad; y estamos en gran angustia."
9:38 A causa de todo esto, nosotros hemos hecho un firme compromiso, y lo escribimos. Y fue firmado por nuestros magistrados, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.
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